De entre las casi 2000 fotos que tiré esta es una de mis favoritas, lo que lamento es que no se puede transmitir la paz y la armonía que había en todo ese santuario sintoista, de entre los árboles veías aparecer ciervos, se respiraba paz y tranquilidad por cada rincón, en fin, algo que trascendía lo meramente visual. El contraste de las luces y ruidos de las grandes urbes con el silencio y la paz de este santuarioera brutal, en unos días colgaré más fotos de tan apasionante lugar.
He visto la foto y he pensado en comenarla por la paz y la armonía que me ha trasmitido. He leído tu comentario y parece que es más de lo que se aprecia a simple vista. Espero poder comprobarlo algún día. Pues sí, se podría pasar uno horas leyendo en esas escaleras.
En Japón Alejandra los templos sintoistas y budistas conviven en perfecta armonía, cuando nos explicaron los principios de la religión sintoista muchas de las cosas se parecían a las creencias animistas de África o América precolombina y para alguien tan poco espiritual como yo, lo que me decían me parecía más humano que lo que predican las grandes religiones monoteístas que conocemos. En fin, es una delicia de país, mi próxima vez a la aventura absoluta, eso de que no hable inglés ni el tato es un problema pero que lo suplen con creces por su trato.
Podría estar horas sentada en esas escaleras leyendo.
ResponderEliminarDe entre las casi 2000 fotos que tiré esta es una de mis favoritas, lo que lamento es que no se puede transmitir la paz y la armonía que había en todo ese santuario sintoista, de entre los árboles veías aparecer ciervos, se respiraba paz y tranquilidad por cada rincón, en fin, algo que trascendía lo meramente visual.
ResponderEliminarEl contraste de las luces y ruidos de las grandes urbes con el silencio y la paz de este santuarioera brutal, en unos días colgaré más fotos de tan apasionante lugar.
He visto la foto y he pensado en comenarla por la paz y la armonía que me ha trasmitido. He leído tu comentario y parece que es más de lo que se aprecia a simple vista. Espero poder comprobarlo algún día.
ResponderEliminarPues sí, se podría pasar uno horas leyendo en esas escaleras.
En Japón Alejandra los templos sintoistas y budistas conviven en perfecta armonía, cuando nos explicaron los principios de la religión sintoista muchas de las cosas se parecían a las creencias animistas de África o América precolombina y para alguien tan poco espiritual como yo, lo que me decían me parecía más humano que lo que predican las grandes religiones monoteístas que conocemos.
ResponderEliminarEn fin, es una delicia de país, mi próxima vez a la aventura absoluta, eso de que no hable inglés ni el tato es un problema pero que lo suplen con creces por su trato.