sábado, 26 de febrero de 2011

La Recoleta - Sepulcro de Rufina Cambaceres








En el cementerio de la Recoleta existe una bóveda de estilo art nouveau. Se trata del lugar donde yacen los restos de Rufina Cambaceres, una mujer que murió en 1902 a los 19 años.

El día en que Rufina cumplía 19 años, mientras se arreglaba para asistir a una función de teatro, su amiga íntima le reveló un secreto que tuvo guardado durante mucho tiempo:  su novio era también el amante de Luisa, su bella madre. El impacto de la confesión le ocasionó a Rufina un ataque al corazón y murió.
¿Quién fue el caballero que rompió su corazón? El único presidente soltero que tuvo la Argentina: don Hipólito Yrigoyen, quien después de un tiempo, tuvo un hijo con la viuda de Cambaceres.

A un par de días de la muerte, el cuidador de la bóveda de los Cambaceres debió comunicar a Luisa que encontró abierto y con la tapa quebrada el féretro de Rufina. El cajón se había movido; y cuando lo abrieron, encontraron a la joven con el rostro y las manos arañados y amoratados.
Se cuenta que Rufina habría sido víctima de un ataque de catalepsia y despertó en la oscuridad del sepulcro para rendirse y volver a morir después de una desconsolada y estéril pelea.


Oficialmente se manifestó que se había tratado de un hurto, dado que la niña había sido enterrada con sus joyas más lucidas; no obstante, a Luisa le tocó vivir el resto de su vida remordida por el conocimiento y certidumbre de que su hija fue sepultada viva.  Cosa imposible, pues se hubiera asfixiado antes, debido al hermetismo del cajón y el tiempo transcurrido.

Hay quienes aseguran que es la "dama de blanco” que algunas noches ronda el cementerio y conversa con algún desprevenido que camina  bordeando los muros del cementerio.
Claro que todo es parte de una leyenda urbana de Buenos Aires pero es interesante comprobar la relación morbosa en la que se construyen de los mitos, por ejemplo el significado de los ritos funerarios y el imaginario popular. 
¿Del mito venimos y al mito vamos?

Texto: Alejandra Frontero.

sábado, 29 de enero de 2011

Museo d´Orsay - Juana de Arco de Henri Chapu



Realizada entre 1870 y 1872, no es la mejor escultura del museo d´Orsay pero es la que más me gustó.

Gárgolas de Notre-Dame


Contrariamente a lo que piensan muchos, muchas gracias Walt Disney (ironic mode), las gárgolas de las torres de Notre Dame se incorporaron en trabajos que se realizaron en el XIX de arreglo tras los destrozos de los periodos revolucionarios. He elegido estas dos no por ser las mejores, pero se ve mejor como las incrustaron en el gótico de la catedral.


Me daba cosa que estuvieran tan solas, estas son de la misma tanda, pero recordar que no son góticas, que son más "modernas"

Fuente de la plaza de Navona



La plaza de Navona tiene una preciosa fuente realizada por mi venerado Bernini, esta es un detalle de la más alejada -respecto de la entrada a la plaza desde la calle de Vittorio Emauele II, la fuente se llama de los Quatro Fiumi y está sobre el antiguo circo de Domiciano -se ven algunos restos en los bajos de algunos edificios-, la plaza es muy bulliciosa y tiene típicos cafés -para turistas- pero es un lugar obligado para visitar en vuestro paso por Roma-